11 de febrero de 2022

Patrimonio Inmaterial

MÚSICA

En la historia del Municipio de Santa Fe de Antioquia, Ciudad Madre, las manifestaciones artísticas y culturales, han ocupado un sitio preferencial y representativo.

La música ha sido una de las manifestaciones artísticas y culturales por excelencia, ya que en cada uno de los espacios y lugares de Santa Fe de Antioquia se halla un músico, anciano, joven y niño que al ejecutar una guitarra, un tiple, una trompeta, un saxo o un tambor, expresan el sentimiento, la pujanza y lo señorial de la Ciudad Madre.

Una de las entidades que se vincula a estas manifestaciones artísticas y culturales es la Corporación Escuela de Música «JORGE ROBLEDO ORTIZ´´, quien se encarga de capacitar niños y jóvenes desde los 5 años en iniciación musical, de 8 años en solfeo e instrumentos y de 10 años en práctica de conjunto; en el municipio también se cuenta con grupos musicales como lo son chirimías, papayeras, orquestas, entre otros, que contribuyen al desarrollo cultural y artístico del municipio.


ARTE

La historia del arte sitúa en el tiempo las relaciones peculiares de cada cultura y a los artistas que las crearon.

La Pintura tiene una larga historia: que abarca una extensión de más de 20.000 años y se extiende desde las
manifestaciones rupestres, con representaciones de animales, en una mezcla de misticismo y superstición, a las obras abstractas de nuestros días. Hasta el Renacimiento la pintura tiene un sentido estrictamente religioso, como parte del culto o como elemento decorativo; a partir de entonces se inicio un proceso de secularización vigente en la actualidad.

La investigación en el campo de la Historia del arte colonial plantea problemas complejos, algunos de los cuales aún no han tenido respuesta. Si bien se han elaborado trabajos importantes relacionados con el oficio de los artistas más notables, y con la producción artística de algunas regiones, otros campos ni siquiera han sido estudiados. Poco se sabe acerca de la definición de algunos estilos, de las influencias externas, de las corrientes que alentaron o detuvieron los cambios.

En América, a pesar de la relativa unidad que el estado español confirió a las colonias, esta coexiste con una extraordinaria diversidad que caracteriza a las regiones, lo cual ya permite hablar de la conformación de escuelas de arte, tales como la santafereña o la quiteña. Del mismo modo es importante tener en cuenta que tanto las pinturas como las esculturas y aún los objetos de orfebrería estaban sujetos a una gran movilidad por efectos del comercio y de las condiciones propias de las comunidades religiosas, problema que merece atención para conocer cuáles eran las rutas del arte y de la cultura, y precisar sus consecuencias.

Durante el proceso de la conquista española a territorios americanos, la pintura y la escultura fueron soportes fundamentales en el proceso de evangelización.

Las dificultades impuestas por la lengua, eran subsanadas por la imagen escultórica o pictórica. En términos pedagógicos hoy se dirían que constituían las «ayudas visuales» del proceso evangelizador. En donde se utiliza el arte como medio de propagación y defensa de la fe; Las posiciones y proposiciones relativas de los elementos, sean santos, vírgenes, donantes, carteles y decoraciones, contienen un valor simbólico y jerárquico que hacen parte de la sintaxis visual de la representación que ofrece el lienzo.

Las primeras imágenes que provinieron de España y sirvieron de ejemplo para los mal llamados artesanos; ya que serían estos artistas empíricos los que saciarían esta pinacoteca de copias de los grandes artistas, que si tuvieron la oportunidad de contar con el conocimiento y la herencia del arte figurativo, aunque dividido por los movimientos que relucieron.

Uno de esos grandes que murió en la absoluta pobreza fue Francisco Zurbarán, pintor que le resultó difícil los cambios de moda en la pintura y le fastidió de manera especial la rápida popularidad del joven Pintor Bartolomé Murillo, un Sevillano que sus obras fueron muy solicitadas en toda Europa

y además copiadas e imitadas con frecuencia hasta bien entrado el siglo XIX; Ambos mantuvieron una línea religiosa influenciados, muy seguramente por los encargos de la comunidad religiosa; los movimientos no permitían salirse de esa línea ya que se manejaba un círculo de Artistas que no contemplaban la idea de cambios bruscos del estilo.

Debido al predominio de los temas religiosos, durante la colonia, el retratismo no tuvo mayor trascendencia; Tal vez los primeros retratos realizados en Antioquia sean los de los donantes. Existen varios ejemplos que datan de las últimas décadas de siglo XVII hasta las primeras del siglo XIX.

Algunos viajeros han anotado cuales eran las rutas de la producción artística, como la distancia entre Santa Fe de Antioquia y Santa Fe de Bogotá era muy grande, pues era necesario remontar lar cordilleras, y al llegar a Mariquita, seguir hasta la capital del Reino.

En cambio el comercio con Quito se efectuaba por caminos que si bien era difíciles, lo eran menos comparados con el paso con la cadena montañosa.

Una vez en Popayán, se seguía el cauce del río para llegar a Santa Fe de Antioquia, por las rutas que unían entre sí a las poblaciones que cultural y políticamente conformaban las gobernaciones de Antioquia y Popayán.

Otra de las rutas era la que pasaba por Nare y Honda, que también era utilizada para el tráfico de grano, ganado y artesanías; Para la mitad del siglo XVII Santa fe de Bogotá contará con talleres de oficios dedicados al bello arte de la pintura.

Muchas de las obras ahora perdidas y otras robadas y una que otra en redadas o simplemente colgadas en lugares que no deberían estar, hacen parte de un patrimonio cultural como el caso de la leyenda del cuadro más viejo realizado por antioqueño en Santa Fe de Antioquia, el de San Lorenzo, un santo español de quién era devoto el rey Felipe II, actualmente le pertenece a la Iglesia de San José que lo presto temporalmente al museo de Antioquia. El cuadro está reseñado en año de 1617 y fue llevado a Medellín por una procesión de indios, y entronizado en 1618 en la primera capilla que tuvo el Valle de Aburrá.

En 1659, como consecuencia del progresivo aumento del número de habitantes en Antioquia y el aumento de iglesias fue necesario mas imágenes religiosas para satisfacer el culto;

De los cuadros que se conservan hoy en Santa Fe de Antioquia y en Medellín, fechados en el siglo XVII, una parte provienen del taller de Gregorio Vásquez, considerado como el más grande de los pintores colombianos de la colonia, que como la mayoría de los artistas tuvo problemas; Vásquez con unas religiosas para las que había pintado algunos cuadros, se prestó a ser cómplice en la violación de la clausura, y sea cual fuera el motivo y el carácter de su participación en el escándalo social fue procesado junto con los demás participantes y enviado a la cárcel por unos meses, sus relaciones con la comunidad religiosa fue afectada ya que su sustento derivaba de ella, fuera de eso su viudedad y los amoríos de su única hija le resulto muy complicado como padre soltero, sus últimos años de pintor fueron amargos y no fue probado que enloqueciera; Vásquez halló el secreto de Murillo y de Rembradt ya que sus obras reflejan su capacidad para penetrar en el carácter humano y reproducirlas en un lienzo.

Lo que pretendo es comprobar que Santa Fe de Antioquia se puede considerar como el

epicentro de la pintura en Antioquia, a pesar de no contar con grandes Artistas se consideró esta tierra como la predilecta para la realización y comercio de los trabajo para las iglesias como para las personas pudientes e igual medida para las obras de bulto todo esto se incremento con la aparición de la pintura Quiteña y obras de artistas bogotanos como Luis García Hevia y del taller de los Figueroas en donde algunas obras cuya procedencia no son quiteñas ni bogotanas, figuran como antioqueñas; Deducir que hay obras realizadas en Santa Fe de Antioquia es algo muy dudoso pero posible como en el caso del retrato de Juan Esteban Martínez, un óleo de 1837 realizado seguramente por un artista local, expresado por el señor Gustavo Vives Mejía.

El trabajo pictórico es solo religioso o político ya que la ruptura del arte hacia otros movimientos artísticos no se hizo presente.

Los grandes maestros europeos nunca estuvieron en estas tierras solo grandes aprendices o artesanos como en esa época fueron llamados, a pesar de eso

el entusiasmo y las ganas de buscar una fuente de empleo fueron evidentes, fue así como los maestros criollos además de tener consigo a hermanos, hijos u otros familiares que iban aprendiendo poco a poco el oficio, admitían a particulares para que observaran el trabajo y colaboraban luego en él, al tiempo que recibían consejos y correcciones, hasta que el maestro considerara oportuno confiarle algunos pequeños encargos; en esta forma llegara el momento en que podía ejecutar por si mismo las obras contratadas y se retiraría para ser posiblemente cabeza de un nuevo taller; este oficio solo fue buen pagado a los grandes artistas, y los que apenas comenzaban les esperaría un camino muy tormentoso ya que era muy común que una pintura seria trocada por unas cuantas comidas o por servicios profesionales o como en el caso de Gregorio Vásquez los famosos «almorzaderos» pequeñas obras realizadas en corto tiempo y no muy elaboradas, cuyo precio eran algunos almuerzo.

Los visitantes o hijos de Santa Fe de Antioquia, que fueron o son los pintores, artesanos, artistas, maestros o simples amantes de la pintura, en este trabajo se intenta hallar que tienen en común; sus inquietudes personales y pictóricas, en donde no se expresarán como simples biografías, que de una u otra forma tiene que ver con esta ciudad en donde el titulo de artista no lo da ninguna universidad, solo se logra por el reconocimiento de la gente, ya que Antioquia recibió a muchos artistas en la época de la colonia, los cuales la mayoría desconocidos, para la comunidad artística debido a que no todos alcanzaron la consagración y la culminación del sueño de todos los que trabajan en son de la pintura, lograr el reconocimiento del mundo y que en alguna medida su firma se pueda convertir en algo más importante que la misma obra.

Alejandro del Barco, tenía taller en Santa Fe de Antioquia en el segundo cuarto del siglo XVIII

enfrentó un pleito por mal trato a un aprendiz de escultor en 1731. Se desconocen sus datos biográficos como sus obras.

Pablo Chaves, pintor caleño que vivió y trabajo en Medellín y Antioquia, realizó el dibujo de la fachada del cabildo de Antioquia en 1785, conservado hoy en el Archivo Nacional, pinto dos pinturas mural en la iglesia de Santa Bárbara con textos en latín, rodeados por un exuberante follaje, flores y frutos que datan de los primeros años del templo; La pintura mural fue muy extraño en la colonia salvo en la iglesia de Rionegro.

Es muy posible que en muchas casas de Santa Fe de Antioquia bajo gruesas capas de cal se encuentren murales porque aquí como en latino América fue patente el «Horror vacui» a los grandes espacios sin decoración, como la casa identificada con el numero 6-32 en la calle mocha entre la carrera 6 y 7 donde

actualmente funciona la Escuela de Música la cual contiene en gran deterioro muestras de pintura mural por Pablo Chaves.

Un posible habitante Agustín Samora es el único pintor antioqueño del siglo XVIII del que se conocen con certeza obras firmadas. Después de 1787 tuvo al parecer un hijo de nombre José Francisco, quien ejerció la herrería en Santa Fe de Antioquia y también obtuvo licencia para destilar aguardiente; Autor de un San Pedro de Alcantara que se conserva en la Templo de Santa Bárbara; Samora tuvo un discípulo de nombre José Maria Agudelo Calderón autor de una virgen de Chiquinquirá, de la colección Ospina en la ciudad de Medellín.

Enrique Price 1819 – 1863 pintor nacido en Londres y muerto en Nueva York en 1852, se vinculo como dibujante a la Comisión Corográfica y recorrió las provincias de Mariquita, Medellín y Antioquia,  como prueba de su

estadía en Santa Fe de Antioquia está la acuarela de la panorámica de la ciudad del año 1852. Otro de los pintores extranjeros que visitaron el territorio antioqueño es el italiano Antonio Meucci, conocido como «Muxy» que fue sin duda uno de los precursores en el campo de las telefonía, la invención del teléfono se le atribuyó a Graham Bell porque incorporó varios elementos y principios novedosos al teléfono. Muxy dibujo a lápiz, iluminando a la acuarela, a Juan Esteban Martínez, firmado y fechado en 1831, teniendo como fondo la catedral de la ciudad en construcción, en esta obra representa a Juan Esteban como un hombre de gran carisma sin pretender resaltar cargos ni blasones sino sus realizaciones cívicas; Muxy realizó el ultimo retrato en vida que se hizo a Simón Bolívar; el artista en un aviso ofrece sus servicios a Medellín y vecindad por corto tiempo para realizar retratos en miniatura y en otra diferentes técnicas.

El francés León Gauthier, quien entre 1848 a 1855 recorrió a Centro y Sur América, por sugerencia del sabio Humboldt, eminente científico alemán, considerado como el segundo descubridor de Cuba según el maestro José de la Luz y Caballero una de las figuras fundacionales de la cultura cubana en el siglo XIX. Gauthier Además estuvo en Santa Fe de Antioquia, Rionegro y Sonsón. con el objetivo de tener un conocimiento directo y personal con el nuevo mundo; a pesar de que afirmaba en sus crónicas no se había encontrado obras de su autoría hasta ahora en el caso del retrato de el Canónigo Lino Garro, ejecutado con trazo firme y elegante con una alta calidad en su trabajo, su obra aproximadamente es del año 1.853, y es de presumir que Gauthier, como

 otros pintores viajeros enseñaban los secretos de su oficio en los lugares que permanecía con el objetivo de asegurar otros ingresos.

Francisco Antonio Cano 1865-1935 sus compañeros de estudió en la pintura entre otros fueron José Ignacio Luna y Leopoldo Palomino, muy buen retratista y se puede considerar el primer artista que realizó y organizó la primera exposición de arte en Medellín cuando solo contaba con 27 años; Cano supo inculcar el amor a la belleza, el buen gusto y la pasión por el arte, Su pintura fue académica, de dibujo exacto,  colorido discreto, y muy influenciada por las escuelas europeas de fines del siglo XIX, Su composición siempre fue acertada y manejó con destreza la perspectiva;

 Humberto Chaves 1891-1971. Poseyó excelentes cualidades naturales para la pintura y fue el heredero de algunas características y cualidades de Cano tales como la abolición del color negro de la paleta, reemplazándolo como lo hicieron los impresionistas, por el violeta; otra característica fue la fidelidad al modelo. Esta conducta frente al color y los valores formales, condujo a toda la escuela hacia el realismo académico estudiado pacientemente en todos los aspectos. Chaves llegara a ser mas tarde el intérprete de los pueblos, las actividades, las gentes y los paisas antioqueños; y además Santa Fe de Antioquia tiene el orgullo de contar en la Iglesia de la chinca con un vía crucis al óleo sobre lienzo de su autoría.

Luis García Hevia 1.816-1.887 viajo a Santa fe de Antioquia en donde ejecutó los retratos de los canónigos José María Herrera, Valerio Martínez y del presbítero Diego Leal que se conserva en el Museo de Arte Religioso Francisco Cristóbal Toro; también realizo retratos de particulares, entre ellos el de los esposos Toro.

Daniel Gómez Campillo, nacido en Santa Fe de Antioquia en 1865 y falleció en 1945, fue autodidacta, es autor de varios cuadros de la virgen de Chiquinquirá, y retocó con regular fortuna, muchas pinturas coloniales de la ciudad. Fue artífice del óleo de José Justo Pabón ubicado en el Concejo Municipal; Campillo se puede considerar como uno de los últimos exponentes de la escuela antioqueña.

El pintor José Ignacio Luna del siglo XIX dicto clases de dibujo en Medellín y visito el departamento de Antioquia pintando y enseñando y cuya influencia fue importante en las raíces del arte antioqueño; una de sus obras que reposa en la ciudad es del obispo Domingo A. Riaño un carboncillo y pastel de líneas firmes y limpio acabado; Luna según vivió y murió en Medellín. Entre sus alumnos estaba el escritor Jesús del Corral, de él se conservan algunos dibujos; entre ellos el carboncillo y pastel de Manuel Dimas del Corral; el cual es curioso descubrir esta faceta tan escondida del autor del cuento «Que pase el aserrador.»

Mariano Tamayo es otro desconocido pintor antioqueño de finales del siglo XIX, solo se sabe que pintó en 1898 una virgen de Chiquinquirá, un óleo sobre madera típicamente popular, en donde adiciona elementos nativos como las matas de maíz que crece al lado de la virgen y de los dos santos.

El pintor Leopoldo Carrasquilla del siglo XIX es el autor del óleo de Julián Trujillo, una pintura que refleja un espíritu modernista en donde el caudillo es presentado como un gran general, victorioso en el campo de la batalla.

En Santa Fe de Antioquia no es posible establecer una verdadera escuela de pintura al óleo o cualquier otra técnica, lo que existían eran talleres de artesanos que buscaban la forma de sacar a delante sus familias, la disolución de estos artistas fue causada por dos motivos: primero la decadencia económica de la ciudad, al reducir significativamente la demanda de imágenes; La segunda causa es que diferentes grupos de artistas de Medellín acapararon y consolidaron todos o la mayoría de los encargados; La nueva Capital se encargo de fortalecer el

arte antioqueño, ya que muchos artistas de Medellín tuvieron la oportunidad de prepararse en el exterior y sostenían contactos con los pintores extranjeros visitantes.

Por otro lado los retratistas de provincia, casi ignorado como otras expresiones regionales, por el centralismo de la historia del arte colombiano, son hoy de gran importancia.

En Antioquia este género tuvo una amplia difusión; se puede decir que el desarrollo de la pintura durante el siglo pasado está relacionado con el auge del retrato; Si en la provincia Antioqueña, las manifestaciones artísticas coloniales comparadas con las de las otras regiones del país, no alcanzaron mayor trascendencia, el panorama cambió en el periodo republicano, y se tornó de nuevo borroso en el periodo contemporáneo, en donde los artistas preparados en la ciudad de Antioquia es nula, en el sentido que no tienen renombre en este campo tan difícil que es el arte.

Los artistas posteriores de la talla de Pedro Nel GómezLuis Eduardo Vieco y el mismo Fernando Botero entre otros han sido abanderados y reconocidos en Antioquia, solo estos grandes nombres figuran, cuando en realidad a la sombra esperan los verdaderos artistas, aquellos que no han tenido la oportunidad de tener una gran estrella como el caso del maestro Botero.

En Medellín hace medio siglo se organizó la más ambiciosa exposición, que reunió a 23 artistas antioqueños, contando con el joven botero, Eladio Vélez, Pedro Nel Gómez, Rafael Sáenz, Horacio Betancur y un artista que dice ser amante de la naturaleza y los temas los ha extraído de esta Antioquia que es la que está más cerca de su corazón, León Posada; En esta exposición Humberto Chávez, Débora Arango y Luis Vieco se negaron a exponer y otra serie de artistas que ya casi están olvidados.

El 23 de Noviembre de 1999 se realizó en la ciudad de Medellín otra exposición de artistas antioqueños, la cual me lleva a divagar, porque quizás fue la última muestra pictórica que por ahora se haya realizado y exhibido Plinio Brandt un doblemente antioqueño; a pesar de su decadencia el pintor, arquitecto y publicista hijo de Santa Fe de Antioquia ilustró el libro «gobernantes de Colombia» y realizo una exposición en 1994 con obras al pastel referente a la Semana Santa.

En la muestra de 28 artistas antioqueños como Hugo Cortés, Germán Vieco, Ramón Vásquez, Jorge Cárdenas entre otros, estuvo presente el Maestro, mi Maestro, Pascual Ruiz, Pintor y dibujante nacido en Medellín en 1951, estudio en el instituto de arte plásticas de la Universidad de Antioquia, en sus obras supo capturar la velocidad y el movimiento, y su pintura se ha mantenido en evolución constante.

En la actualidad solo hay artesanos, en lo artístico saca la cara es la filigrana, la tradicional artesanía y la muy común jíquera y uno que otra totuma pintada muy empíricamente.

El Renacimiento de la pintura en Santa Fe de Antioquia es por ahora una ilusión, ya que el arte como el lenguaje, la ciencia, el mito o la religión es una forma simbólica, que desempeña una función diferente pero concomitante con las otras manifestaciones para construir un mundo propiamente humano;

En la actualidad no tenemos pintores reconocidos en el medio, solo jóvenes anónimos que buscamos excusas para manifestar y crear expectativas en este complejo mundo de la expresión pictórica; Renacer la pintura en Santa fe de Antioquia es un trabajo complejo; El primer paso es identificar los posibles artistas empíricos de la región, contarle la historia de los artistas antioqueños que empezaron con esas mismas ilusiones y procurar no caer en los mismos errores; Es necesario despertar al artista que tenemos todos, fundamentarles conocimientos prácticos para crear un nuevo grupo de trabajo en el cual dejemos explotar nuestros criterios y trabajos pictóricos.

Todos los artistas mencionados tienen en común que quedaron encantados por estas tierras, que el calor humano y la alegría de sus gentes, las cuales los recibieron con agrado, quedando marcada Antioquia como una o la más antiguas cedes de la pintura en el Departamento y no sería exagerado decir que en Colombia.

Hizo falta mencionar a muchos más artistas que quizás pueden ser los más importantes, hizo falta más datos biográficos y técnicos, pero lo que más sobro fue espíritu y entusiasmo, que es lo que nace cada vez que se trabaja en torno a esta tierra, que ha sido inspiradora de muchos artistas contemporáneos, como el caso de Ronny Vaydas, el creador de escultura que posan en el centro de Medellín como homenaje a los grandes portones de Santa Fe de Antioquia; El Maestro Ramón Vásquez, pintor, dibujante, publicista y docente que juega con los colores y hace lo que quiere con la luz, creador del único mural contemporáneo de la ciudad el cual se encuentra en el hotel Mariscal Robledo; Al igual que su hijo Santiago el cual todavía visita a Santa Fe de Antioquia para pintar sus acuarelas.

El anterior trabajo aporta una pequeña pincelada a esta tarea de identificar a aquellas personas que hicieron parte de la historia de la pintura en Antioquia y en especial esta Santa Fe de Antioquia que todos quieren pintar pero que ninguno de sus hijos ha querido luchar por enmarcar esta hermosa obra.


LITERATURA

Las tradiciones obras orales y literales de Santa Fe de Antioquia nacen desde la gastronomía, los apodos, los agüeros, las creencias en las ánimas malditas, las costumbres, entre muchas otras que van conformando las historias que veremos en este espacio.

Las historias y mitos de los santafereños.

«Comín comamos, hijo del buen comilón, cuando se pone a comer come sin comparación». Con esta exageración paisa solían describir los ancestros a esos hombres y mujeres que, fuera de lo común, comen con ansiedad como llenando un costal.

Los oriundos de Santa Fe de Antioquia se han caracterizado por darle mucho gusto a su paladar y una de sus tradiciones más antiguas contada por los abuelos dice que cuando se está con la saliva amarga, es decir en ayunas, somos vulnerables a los bichos mañaneros y las culebras calentanas.

Es por esto que al levantarse en la mañana, antes de que el crestón cante, o sea antes de la molienda del maíz de las arepas y telas para el desayuno, los habitantes de Santa Fe de Antioquia toman una abundante y espumosa taza de chocolate acompañada generalmente de quesito migao que denominan tragos y que son para cerrar el cuerpo y evitar que estos bichos entren.

Después de esto tienen la costumbre de desayunar una gigantesca tela del porte de la cayana, una tajada grande de quesito, una porción de hogao con hígado cilantrudo, un plato de frijoles trasnochados. Pero como el trabajo produce tanta hambre y

si está desocupado éste es peor, a eso de las nueve viene la mediamañana que puede ser un jugo de tamarindo, de guandolo o un chorriao de naranja agria emparejado con cualquier cosita de parva dulce, decía Félix Antonio Padilla, escritor del libro de tradiciones orales de Santa Fe de Antioquia-

Nada más con el desayuno ya se puede una llevar una idea de qué tanto comen los santafereños.

Como decían jocosamente los abuelos de esta región: «comemos más que la llaga de merejo, que no se le escapó ni la pata de palo del viejo».

Parte de la evolución cultural es la construcción de motes o apodos que, con el correr del tiempo, los habitantes han utilizado para hacer una caracterización de algún personaje específico. De estas personas generalmente desaparecen los nombres por la fuerza del sobrenombre, que por la malicia con que es concebido, pasa a ocupar un lugar importante en sus vidas.

La mayoría de los sobrenombres que involucran a varias generaciones tienen origen en plantas, animales, defectos físicos o situaciones importantes de la vida del «paciente».

Algunos de los personajes más característicos que recibieron estos motes fueron: Martín Emilio Rodríguez a quien le llamaban «aguacate» o a Jenny Barón a quien la nombraban como «aqui lo tengo», etc.

No solo por sus costumbres gastronómicas y por sus apodos son conocidos los santafereños, ellos como en cualquier otra región tienen sus mitos y leyendas que aun en la actualidad siguen siendo historias que los abuelos narran a sus nietos.

Dentro de estas historias está la del Gritón que dice que en las partidas de Nurquí escuchan los pobladores los gritos del arriero

que al morir, según dicen ellos, no logró entrar ni al cielo ni al purgatorio debido al tratamiento inhumano que le dio a sus mulas en vida, quedando errante por siempre.

Cuenta la tradición que dicho arriero le dio tanto palo y le dijo tantos improperios a una mula cansada y enferma, que esta le habló en el lenguaje de los humanos, diciéndole: «cuando mueras tu espíritu no descansará por los siglos de los siglos».

Asustado, el arriero le contó el incidente a sus colegas pero ninguno le creyó por lo que lo tildaron de loco. El arriero murió al poco tiempo y estando en el velorio los vecinos vieron que el ataúd se movió, saliendo de él la figura del difunto.

Dicen algunos que en las noches se le oye gritar por los caminos de herradura, en las cimas de las colinas, en el silencio de las noches en calma, arreando una recua de mulas.

Los viejos de Santa Fe de Antioquia aseguran que durante el mes de las ánimas se hace sentir con más intensidad y que los lugares preferidos por el espanto son los de San Pedro Claver, La Sabanita, Los Pozos y La Calle del Gallinazo cerca del cementerio.

Espantos como el Ánima Sola, el Padre sin Cabeza, el Mohán, la Madre Monte, ocuparon en Santa Fe de Antioquia, sobre todo en los años cuarenta y cincuenta, un espacio de credibilidad con mayor relevancia.


La Barbacoa fue otro de los espantos que atemorizó a más de uno en Santa Fe de Antioquia. Son muchos los campesinos que dicen haberse encontrado en altas horas de la noche con una abominable barbacoa acompañada de susurros de voces, dicen que algunos campesinos vieron a un grupo de cuatro hombres con rostros que resplandecían con luz verdosa y llevaban en hombros a un difunto dentro de un cajón chirriador.

Así como los espantos son creencias que se han generado en las tradiciones santafereñas, y que han sido transmitidas de generación en generación, también existen agüeros como el de la mariposa negra, que anuncia la muerte de los ancianos.

Los habitantes creen que la amenaza de muerte que viene con ella se acaba si la matan. Así mismo creen que cuando los animales domésticos cambian su «estribillo de cantos» están anunciando muerte, desastre naturales o espíritus que rondan.

Igualmente en esta región se realizan compromisos post mortem que, por lo general, son un convenio bilateral, especialmente entre parejas que se aman. «Si tu morís primero, antes de los nueve días venís por mí o yo por vos si muero primero». Los habitantes dicen que «este convenio no tiene pierde, antes de los nueve días ó máximo el día nueve, el vivo frunce».


En cuanto a las brujas, en Santa Fe de Antioquia se sigue creyendo que estos seres aun existen, que molestan a las personas para perturbarles el sueño moviendo cajas de cartón o martillando, riendo y cuchicheando, y que han llegado incluso a orinárseles encima.

Según la creencia, la bruja se convierte en murciélago y si es atrapada y recibe la luz del día, da un grito espantoso y se convierte en chulo o en una bola de candela hasta que se quema y desaparece en el firmamento para nunca volver.


GASTRONOMÍA

La oferta gastronómica que ofrece esta ciudad es tan variada como antigua,la historia culinaria del departamento, como la bandeja paisa, las arenas, la mazamorra e infinidad de dulces de la región, sus restaurantes varían en precios y platos, pero todos con una impecable sanidad y procesos de preparación, con ingredientes de la región y secretos muy bien guardados de sazón.

Esta tierra encarna la leyenda del tamarindo y su dulce, uno de sus más importantes símbolos, y de otras frutas, algunas tan
exóticas como el pistacho, el bienmesabe entre otros. La mazamorra de maíz endulzada con panela o la aguapanela con queso son bebidas típicas, las arepas de maíz con queso, las arepas de chócolo y las truchas arcoíris.

Además de los dulces de tamarindo, achiras, obleas, panderitos, cocadas, bocadillos y otras delicias; en Santa Fe de Antioquia también hay variedad de restaurantes que ofrecen a propios y foráneos las delicias de la cocina Antioqueña nacional e internacional.