El Cine Mudo ( Samuel Aguinaga)
Me contó Don Bernardo Martínez Villa que en la segunda década del siglo XX, (entre 1910 y 1920), llegó a la ciudad de Antioquia el cine mudo. Hombres apodados como Malpago, Guagüita y Juan Manuel Quijada, eran contratados para viajar a pié a Medellín por las películas. Salían muy de madrugada y se gastaban un día para ir y otro para regresar. La Casa Negra tenía dos patios, con sus respectivas puertas, divididos por una pared de tapias y tejas. La presentación de la cinta se hacía sobre un telón grande transparente que se colocaba encima de la pared divisoria.
Para amenizar el acto, se contrataba la banda de música, la que se situaba en el corredor, cerca al telón y de acuerdo con el argumento de la película, los músicos ejecutaban ciertas piezas como la polca, la danza, una marcha o un vals, etc. Sobre el telón los personajes se les veía hablar y gesticular, pero mudos, por lo que en la parte inferior aparecía escrito lo que decían.
Para ver la película sentado, había que llevar taburete. Se formaron dos clases de espectadores: los que se colocaban en el patio de adelante que leían en forma normal de izquierda a derecha y pagaban diez centavos y los que se ubicaban en el patio trasero que tenían que leer al contrario, de derecha a izquierda y pagaban cinco centavos.
Más adelante, se creció la pared al tamaño del telón y hasta ahí llegaron los espectadores de cinco centavos. Para ese tiempo el camino a Medellín tenía la siguiente ruta: Antioquia, Puente de Occidente, Sopetrán, San Jerónimo, Subida del Tigre, Llanos de Oveja, Bello, Medellín. Más largo que cuando era por el Paso Real, San Jerónimo, Loma del Tigre, etc., pero se seguía esa ruta porque ya estaba en servicio el Puente de Occidente. El cine gratis llegó en la mitad del siglo XX (1950) ya con sonido incorporado.
Coltejer, para promocionar sus artículos, presentaba este espectáculo en el Parque de Monseñor Toro, sobre la pared de lo que hoy es el Almacén Suyo o sobre cualquiera otra del marco de la plaza. El cine con sonido incorporado llegó, según me lo contó Julio Duque, en l932.
Fue todo un acontecimiento que se presentó en el edificio donde hoy funciona el Hotel Caserón Plaza y que en ese entonces se llamaba El Hotel Miramar. La primera película la trajo el Sr. Nemesio Arroyave, era mexicana y se titulaba “A la memoria del muerto”.